Y ahora… la Crisis de Confianza. Diatriba nº6

El poder en Chile, con la voz de la Iglesia Católica y la Evangélica y la venia de la clase política y empresarial, nos mete a todos en el mismo saco, ensuciándonos con su propio barro. Lo decimos a propósito de la retahíla de discursillos que hemos presenciado en el “mes de la patria”.

Desde sus discursos llenos de insinuaciones, sin actores, sin tiempo, sin espacio… nos hablan de una Crisis de Confianza.

No basta plantear una crisis de este tipo sin indicar y señalizar, concretamente, dónde y quiénes generan esta crisis, pues tiene detrás robos concretos de los bienes naturales del pueblo chileno: el agua y la vida misma.

Debemos denunciar a quienes han roto las confianzas. Encontraremos a los privilegiados: los dueños del agua, la electricidad, de los bancos, sustentados en un modelo capitalista explotador y abusador que se esconde en el falso dilema de izquierda y derecha.

¿Dónde está el agua?

¿Dónde está el cobre que nacionalizó Allende?

¿Quiénes están explotando la Patagonia?

¿Quiénes están matando el maravilloso desierto del norte? (Camiones del Dakar y los dirigentes deportivos).

¿Dónde está el Mapocho, río torrentoso, inundado de torres (para el negocio del señor Paulmann), transgredido en sus límites y, afortunadamente, no navegable por Piñera y sus boys?

¿Dónde están las calles de Santiago; dónde quedará la Av. Kennedy sumergida bajo pastos verdes para los privilegiados de siempre (gran negocio autorreferido), pero por tod@s financiado?

¿Y qué pasa con el litio y la mafia Pinochet?

¿Quiénes son los dueños de los 4×4 que tienen colmatados los espacios ciudadanos?

¿Y las reformas que no son reformas?

¿Quiénes tienen los 17000 dólares per cápita?

Etc., etc., un largo etc.

¿A quiénes les corresponde la crisis de confianza?

Por su parte, desde el púlpito, las iglesias, con sus biblias bajo el brazo, nos indican cómo debemos vivir, quitándonos los mínimos derechos de respirar y de diseñar nuestras vidas. Las iglesias solo son y han sido puro cultivo de odio e hipocresía.

Mientras, practican la pedofilia hace siglos.

Y el ejército de Chile prohíbe el ingreso a sus filas a los homosexuales, entre otros: pobres, objetores de conciencia y testigos de Jehová. La prensa le cubre las espaldas mediante un titular que dice: “Ejército se disculpa por texto que discriminaba”. ¿El texto discriminaba? Estamos hartas de que los poderosos y privilegiados patriarcas no se hagan cargo de sus actos de muerte.

Mientras, le desfiguran la cara a un homosexual en Ancud. Casi matan a golpes a una lesbiana adolescente en Concepción, y torturan hasta matarlo, en un parque en pleno centro de Santiago, a Daniel Zamudio.

En la Parada Militar, las Fuerzas Armadas despliegan su espectáculo de muerte. Los medios de comunicación lo anuncian con discursos racistas y guerreros, encubiertos y camuflados, contra el pueblo peruano.

Mientras, exterminan al pueblo mapuche, por órdenes del gobierno de Chile y la complicidad de los medios de comunicación.

En esta mazamorra, donde se pierden las responsabilidades concretas, todas las instituciones están implicadas, todas avalan a los privilegiados: los medios, las universidades, el ejército, las iglesias, el estado… Avalan a la clase empresarial y política, especialmente de derechas, que roba y mata en este país. A esta mazamorra, en estos días, la han bautizado “crisis de confianza”.

Mientras, los Carabineros de la nación –con mucho gusto- apalean y violan a las estudiantes, por órdenes del gobierno de Chile y la complicidad de los medios de comunicación.

Finalmente, ¿con qué hitos de la historia se inicia la desconfianza?: ¿con el origen oscuro de la civilización patriarcal?, ¿con la conquista y masacre del continente americano? o ¿con los 17 años –y más- de dictadura dura en Chile, con muertes, torturas, desapariciones y exilios?

Movimiento de Mujeres Rebeldes del Afuera

Septiembre, 2012