Declaración Hidroaysén

¡INDIGNADA! Piñera vende patria

La clase culta chilena ha vendido varias veces la Patagonia, varios desiertos y también se ha apropiado y vendido muchas tierras (al pueblo Mapuche); esta no es la primera vez. Este es el raspado de la olla que nos quedaba. Cuando uno ve cómo entregaron la Patagonia a la Argentina, no nos extrañe que hoy hayan vendido lo que quedaba de ella.

La patria es una “toma”, con su bandera, sus escudos y sus orgullos, no es para mí un valor, al contrario es uno de los lugares donde nacen la mayoría de los desvalores. Las mujeres sabemos cómo los hombres venden mujeres, niñas, niños; cómo las compran con gran tranquilidad en cada esquina, dentro de la llamada normalidad de la patria, por eso no me extraña que vendan uno o varios ríos para su sobreexplotación.

En nombre de la patria se ha dividido el planeta, han hecho demasiadas guerras y se ha sembrado demasiado racismo. El mundo casi entero es un gran y vasto panorama de inmigrantes que vagan buscando un lugar que los “acepte”: son migraciones forzadas, penosas, abrumadas, que dependen de las “grandes” culturas y sus políticas de patria para sobrevivir.

Yo nací en Punta Arenas, a los 14 años fui por primera vez al Paine en carpa, y me maravillé: era un territorio aún no trajinado por el turismo. Cuando he vuelto y he visto los rastros del turismo, los senderos pisoteados y la basura, no me gusta, pero lo que menos me gusta son las represas, contándonos el cuento de que aquí no pasa nada, interviniendo la naturaleza con el argumento del progreso.

En estos días he vuelto a sentir rabia e indignación después de muchos años, por cómo se vendió la Patagonia, sus ríos y sus aguas fundamentales para la vida, nuevamente ¿Hasta cuándo “niños bien”, ejecutivos de Harvard, van a venir a estropearnos la vida? Porque ustedes son muy pocos, y los dos mil millones de personas en hambre son muchas más . Esto es producto de ustedes, señores. No hay progreso que valga tener este hambre en el mundo.

La industria farmacéutica mata más gente de la que sana, porque no tenemos acceso a los remedios la gran mayoría de los que habitamos en el planeta, por eso es que mata, sin embargo, el conocimiento de los remedios, esa sabiduría, la han extraído de los mismos pueblos. No hay nada más perverso que a partir de los beneficios obtenidos, mates a quienes han descubierto esos beneficios, los que han cuidado un planeta que produce sus propias medicinas, esto es indignante, por mucha tecnología que agreguen a esos productos; la arrogancia, señoras y señores, de este Chile disminuido, de este Chile que cada vez es más chico y que son más miserables sus dirigentes, que son unos petulantes que deciden en las sombras más siniestras y tenebrosas.

Tenemos ejemplos claros de lugares donde se cuecen estas habas, uno es el famoso cuarto poder del periodismo, es cuestión de escuchar los domingos en ciertos horarios a cuatro señores poniendo las cosas en su lugar de nuevo, hablando de todo como si supieran; también ver la estupidez instalada con toda intención, para que los niños y los jóvenes no piensen: toda esa estupidez en “nuestro” canal público de televisión. Y no hablemos de los diarios y revistas…

El Mapocho es nuestro río que viene de cordillera a mar, atravesando nuestra ciudad, con su régimen de agua torrentoso y turbulento, que quieren transformar con su varita mágica (léase: pene) en un lago dulce navegable: imagínense, santiaguinos, un lago navegable abandonado con sus reclusas, imagínense además quiénes podrán entrar a este lago y cuánto va a durar para terminar como un pantano maloliente y dominado. Salvemos el Mapocho de las garras de un niño impertinente que quiere jugar a navegarlo con sus barquitos y con su arquitecto, Cristián Boza, el cual ni siquiera respetó una de las mejores obras de arquitectura que tenemos en Santiago, la Escuela de Derecho U. de Chile (del arquitecto Juan Martínez Gutiérrez), plantándole un edificio, creado por él, impertinentemente en frente, la Universidad San Sebastián, que chorrea mal gusto, totalmente desproporcionado al espacio urbano, tan significado por Martínez; un edificio que trasuda el negocio, la “eficiencia”, y quiere tener dignidad consiguiendo el más burdo de los “rendimientos” del espacio urbano y todo esto para educar.

Espero que no duerman nunca más bien, que necesiten muchos somníferos para agarrar sueño y que se intoxiquen con sus industrias, con sus autos, con sus farmacias y, finalmente, mueran, de muerte natural, porque yo no ando matando gente ni menos matando ríos.

Margarita Pisano. Integrante Movimiento Rebelde del Afuera.

Adhiere: Luz Clara Hermosilla, Andrea Franulic, Elisa Rojas, Priscila Rivera

P.D. 1: Los Seremis que votaron a favor de Hidroaysén, son funcionarios de Piñera, esto es un asalto a mano armada.

P.D. 2: Dentro del mismo contexto, en Chile en este momento se están privatizando los pocos espacios de acceso a la medicina, y se los da a las grandes compañías farmacéuticas. Mañalich, ministro de salud, les quita la salud a los pobres y lucran con ellos, porque les quitan el acceso a los remedios, volviendo aun más inmenso el negocio de las químicas farmacéuticas.

Santiago, 10 de mayo de 2011